Adif destina hasta el 23 por ciento del presupuesto de las obras de alta velocidad a la protección del entorno natural y cultural en el eje Ourense-Santiago

Adif destina hasta el 23 por ciento del presupuesto de las obras de alta velocidad a la protección del entorno natural y cultural en el eje Ourense-Santiago

17/06/2008

• Se trabaja bajo los parámetros de protección del entorno marcados por la Declaración de Impacto Ambiental (DIA)
• Para minimizar los efectos sobre los cursos fluviales, se han construido 64 balsas de decantación, además de 41 depósitos de inertes.
• Se replantarán 346 hectáreas con árboles y arbustos autóctonos, y cerca de 500 hectáreas con cubierta vegetal

Adif, entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Fomento, destina hasta el 23 por ciento del presupuesto de las obras de construcción de la línea de alta velocidad que conectará Ourense con Santiago de Compostela a la protección del ecosistema de los ríos, la flora y la fauna del espacio por el que discurre el corredor ferroviario, y a minimizar el impacto paisajístico, sonoro o visual; además de tener en cuenta la protección del patrimonio cultural a lo largo de todo el trazado.

Concretamente, para la protección de los sistemas fluviales y de la calidad de las aguas se construye un sistema de balsas de hormigón en las bocas de los túneles, en las que se deposita el agua procedente de los cauces subterráneos y de la que se utiliza en las fases de excavación y perforación.

Esta agua se va decantando de una balsa a otra, propiciando que los elementos en suspensión se depositen en los fondos. De este modo, tras la fase de filtrado y la pertinente regulación físico-química, el agua llega a los ríos dentro de los parámetros permitidos por la legislación medioambiental de la Comunidad Autónoma de Galicia, regulada por el organismo Aguas de Galicia y la Confederación Hidrográfica del Norte.

De hecho, y de acuerdo con la normativa en materia de vertidos, se realiza mensualmente el análisis del agua procedente de las balsas, y se controlan los niveles de PH, los sólidos en suspensión, las materias sedimentables, los sólidos gruesos, o la presencia de cualquier otro producto que pudiera alterar la calidad de la misma.

Las balsas, además, se limpian semanalmente, aumentando la periodicidad cuando es preciso. Los lodos resultantes de este proceso de decantación de las aguas se retiran y se depositan para su secado en zonas habilitadas al efecto, para posteriormente ser trasladados a los vertederos legalmente establecidos.

Por otra parte, los ríos pueden verse afectados por efecto de la escorrentía, que se agrava en periodos de temporal. A esta situación contribuye el proceso constructivo al retirarse parte de la cubierta vegetal durante la obra.

Para minimizar los efectos de arrastre hacia el cauce de los ríos, se utilizan varios métodos de vigilancia y control, como la colocación de balas de paja ancladas al terreno, y complementadas con geotextiles que actúan de barrera. Y por supuesto se va reponiendo la cubierta vegetal en las zonas en las que es posible.

También se dispone de balsas de decantación en zonas de escorrentía superficial, y, en ocasiones, se construyen vados provisionales, que se eliminan al término de la obra, y que en todos los casos cuentan con la autorización del organismo encargado de la vigilancia de la calidad de las aguas y los vertidos a los cauces fluviales.

Estas medidas han sido aplicadas en los 26 cauces fluviales, 3 regatos y un arroyo que discurren o se encuentran en el entorno de las obras del Corredor Norte-Noroeste de alta velocidad, en el eje Ourense-Santiago. Lo que se traduce en un total de 64 balsas de decantación construidas, además de 41 depósitos de sobrantes inertes.


Recuperación ambiental e integración paisajística

Los proyectos constructivos contemplan además la recuperación paisajística al término de la obra en todo el corredor, mediante la plantación de especies habituales de zonas húmedas y cursos fluviales, que estén adaptadas al medio para garantizar el éxito de la regeneración del entorno.

Estas medidas incluyen la recuperación de la cubierta vegetal con hidrosiembra de herbáceos y de especies arbóreas propias del entorno afectado, entre ellas: roble albar o carvallo, alisos o abedules, además de especies de menor porte como el espino común, el acebo o los endrinos.

A lo largo del corredor Ourense-Santiago se replantarán algo más de 346 hectáreas de arbolado y arbustos, y cerca de 500 hectáreas con cubierta vegetal. La plantación de árboles, además de recuperar el terreno desbrozado durante las obras, contribuye a hacer de pantalla acústica en algunas de las zonas

Respecto a la protección de la fauna, y dado que el trazado de alta velocidad va cerrado, se hace preciso establecer puntos de paso para la fauna, con los que se da permeabilidad al territorio atravesado por la línea. Los proyectos constructivos contemplan la construcción de diversos pasos específicos para los distintos tipos de animales que tienen su hábitat en el territorio.

Protección del patrimonio cultural

A lo largo del trazado de 87,5 kilómetros de longitud ha sido preciso tener en cuenta la existencia de varios elementos de reconocido valor cultural, entre ellos: el hórreo de Carboeiro, el molino de Reguengo, el yacimiento Castriño de Bendoiro, así como otras excavaciones en zonas de protección arqueológica, y el traslado de elementos megalíticos, o el hallazgo y puesta en valor de petroglifos.

Así mismo, en el diseño de las estructuras constructivas se ha tenido en cuenta la presencia de elementos catalogados como patrimonio cultural, tal y como se hizo en el viaducto del río Portos, por su proximidad con “Ponte Ceballos”, o el hórreo inventariado en las proximidades del viaducto del Saramo.

Estos trabajos van a ser cofinanciados por el Fondo de Cohesión, dentro del programa operativo Fondo de cohesión-FEDER 2007-2013. La tasa de cofinanciación es del 80%.